18 ago 2011

Jethro Tull - Skating Away on the Thin Ice of the New Day



En lo que a gustos musicales se refiere, hay maneras y maneras de ser anti-cool. Una es -ponele-, proclamarse fanático de Alcides, resaltar su pertenencia al acervo popular,  y terminar gritando como un loco transpirado, en alguna fiesta de 15, "no la dejes ir / no la dejes ir / ¿por qué? / te lo digo yo". Pero, ¿qué ocurre? En estos tiempos postmodernistas (o post post, quién sabe a esta altura del partido), este tipo de gestos pegan la vuelta y pasan a ser la vanguardia de lo cool, por alguna extraña alquimia que mezcla una pátina de ironía cualunque, la posibilidad de diferenciarse baratito, chorros de corrección política y en última instancia, una mirada condescendiente para con los "negritos", a los que les gusta realmente Alcides y no andan intelectualizando tanto sus inclinaciones musicales, porque les chupa un huevo el que dirán de lo que oyen. (Sé que Alcides es un ejemplo viejísimo mal, pero creo que el concepto se entiende igual).

Yo creo que hoy en día, anti-cool es otra cosa. Ser anti-cool hoy es, por ejemplo, gozar con Jethro Tull. Esto que pongo acá no hay manera de salvarlo. Ni por el lado de la ironía, ni por el lado del rescate retro, ni por el lado de nada. No da la vuelta nunca, se queda donde está y es lo que es. Jethro Tull. A una banda liderada por un tipo que toca la flauta traversa en calzas no hay manera de convertirla en artefacto de consumo hipster, y para ser kitsch le sobran las métricas irregulares, los temás de más de cinco minutos, la complejidad instrumental, y el pecado mortal de hacer música dirigida casi exclusivamente a varoncitos heterosexuales con cero gracia para el baile.

Pero, ¿qué decirles? Yo a Jethro Tull le amo. Y es de esos amores que no se van nunca, que habiendo surgido de las profundidades del joven-nerd-lector-de-Tolkien-rolero-falto-de-sexo que fui, llega -no sin algún gramo de -estúpida, incomprensible, autoimpuesta- vergüencita, para qué negarlo- hasta al adultescente-indie-no-lector-por-falta-de-tiempo-y-con-algo-de-sexo que soy ahora.

Y entonces, resumiendo: a este tema no lo dejes ir, no lo dejes ir. Y no lo discrimines por lucir flauta. Te juro que es hermoso.